Mis mejores recuerdos de la niñez tienen algo que ver con la comida. Aún tengo muy presentes los sabores de los platos que preparaban mis abuelas., las cenas de Navidad, con la sopa de pescado, el marisco y las interminables horas de sobremesa.
Mi primera irrupción en el mundo de la gastronomía no tuvo mucho éxito; creo que tenía unos 10 años cuando intenté preparar una tortilla sin freír antes las patatas. Poco después pasé a ser el pinche de mi padre, al que le encantaba cocinar y disfrutaba mucho comiendo. Así empecé a descubrir un mundo que cada vez me fascinaba más.
En Oviedo, mi ciudad natal, abrió el primer restaurante chino a mediados de los ochenta. A ninguna de mis amigas le interesaba probar esos platos raros, como decían ellas, pero para mí, no había cosa mejor que unos rollitos, gambas agridulces y un arroz tres delicias.
Cuando acabé el instituto, me fui unos meses a Inglaterra a perfeccionar mis conocimientos de inglés. Los viernes, después de clase, nos íbamos a comer a un restaurante, diferente cada vez; indio, chino, tailandés, griego, italiano… Esos meses en Inglaterra marcaron el inicio de mi pasión por la comida y las ganas de probar nuevos platos.
Este blog es el reflejo de mis opiniones personales, no soy una experta en gastronomía, pero disfruto comiendo y me parece el vehículo perfecto para conocer un país y sus gentes. Tengo dos hijas a las que intento inculcar mi pasión, con la mayor parece que lo estoy consiguiendo, ya veremos qué pasa con la pequeña, de momento, unos de sus platos favoritos son las gambas, las gyozas y el pad thai…