Curso de cocina vietnamita con Julian Kutos

Todos mis amigos saben lo mucho que me gusta la comida asiática, en todas sus variaciones, especialmente la vietnamita, tailandesa y japonesa. Así que, cuando me tocó cumplir años, varias de mis amigas decidieron regalarme un curso de cocina vietnamita. Tengo que decir que así cuesta menos cumplir años.img_2486

Nada más entrar en el piso donde Julian Kutos da sus cursos de cocina, te dan ganas de quedarte a vivir allí. La cocina es increíble; está equipada con infinidad de cuencos, fuentes y cazuelas. Todo lo que siempre has querido tener en tu propia cocina pero no tienes, por falta de espacio, dinero o imaginación. Además, tiene un pasaplatos por el que desaparece toda la vajilla sucia y vuelve a aparecer limpia en cuestión de minutos. Una maravilla; yo quiero uno de esos en mi próxima cocina. Y la zona de comedor, ¡qué decir de ella! Parece sacada de una revista de decoración. Una pena que no tenga buenas fotos del sitio.

Pero ahora vamos al tema central de la noche; la comida. Julian Kutos ha pasado temporadas en el sudeste asiático y sabe transmitir muy bien sus conocimientos.  Ese día nos convertimos en sus pinches y, como tales, acatamos sus indicaciones sin rechistar. No es por criticar, pero nos puso firmes a todos, no se aceptaban errores y había que estar bien atento cuando explicaba los pasos y los ingredientes. Eso sí, el resultado se hubiera podido servir en un restaurante y nadie se hubiera dado cuenta de que lo habían preparado unos principiantes.

Comenzamos con unos rollitos fríos, los típicos summer rolls, con una salsa tan rica, que habría que tenerla siempre en la nevera. No presentan ninguna dificultad, porque yo ya los he hecho en casa varias veces. Incluso con ayuda de mi hija, que tiene 9 años. Se pueden rellenar de lo que tengas a mano en la nevera. Esa noche eran de gambas.

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Una tanda de summer rolls

A continuación, el pho, esta deliciosa sopa es la base fundamental de la cocina vietnamita y se come a todas horas; desayuno, comida y cena.

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Los cuencos con la carne cocida, las verduras y los chiles, preparados para el caldo.

Los bun cha son unas albóndigas de cerdo que se acompañan de los omnipresentes fideos de arroz, cacahuetes y hojas de lechuga. La salsa fue todo un descubrimiento; una combinación de chile, menta, ajo, ralladura y zumo de lima. Picante pero el complemento perfecto para las albóndigas.

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Bun cha…
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… y su salsa

De lo que vino después, una dorada con hierba limón, no tengo ninguna foto. Estaba tan buena, que nos tiramos a ella en cuando llegó a la mesa. Lo siento. Toda una delicia.

Otra gran sorpresa de la noche fueron las raíces de flores de loto fritas, parecen patatas fritas y se comen al mismo ritmo.

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Raíces de flores de loto fritas

Como todo lo que habíamos comido no era suficiente… preparamos un bocadillo vietnamita, un bành mi, todo lo que se diga sobre este plato es poco. Cuando se junta una baguette francesa con un relleno vietnamita nada puede salir mal.

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Después hubo postre, sobremesa, más sobremesa y más postre, no quedó nada, se comieron hasta las migas de la baguette, que también hicimos nosotros. Del postre no tengo foto tampoco, con el sopor de la comida, se me pasó por completo. Aunque el helado de leche de coco que hicimos bien hubiese merecido, no una foto, sino dos o tres, de lo rico que estaba.

Aquí os dejo los datos más importantes sobre los cursos de Julian Kutos:

Escuela de cocina Julian Kutos

Wipplingerstraße 15, Top 5
1010 Viena                                                                                                https://www.juliankutos.com                                                                          info@juliankutos.com                                                                                                           Teléfono: +43 (660) 2821945

Precios: a partir de 75€

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